viernes, 13 de junio de 2008

Escapada a Egipto

Os dejamos ahora con en el relato de nuestras aventuras en Egipto en el año 2006
El lunes 6 de junio de 2006 Eva y yo regresamos de un inolvidable viaje a Egipto. Viajamos el domingo 28 de mayo con el club 5 estrellas, con una buena oferta, 350 euros por cabeza.
Una noche en Luxor, cuatro de crucero y dos en el Cairo, con un paquete opcional durante el crucero que incluía las excursiones de 98 euros. Que nadie se asuste por que el precio sea barato y piense que no obtendrá un servicio de buena calidad, tanto la motonave como el hotel fueron buenos, no tuvimos ningún problema o contratiempo. Además hay que recordar, que los templos, tumbas, pirámides, el Nilo, las gentes, las estrellas....., son cosas a las que no se les puede poner (gracias a Dios) un precio y están ahí para el disfrute de todos, viajes por la vida en primera o turista.

Salimos el domingo a las 15:30, con una hora de retraso y llegamos a Luxor sobre las 21 de la noche. Prácticamente solos en el aeropuerto no tardamos en recoger las maletas, rellenar el visado (que nadie se asuste, es solo rellenar un papel con nombre fecha de nacimiento nacionalidad y numero de pasaporte) y montarnos en el autobús hacia nuestro hotel en Luxor, un Sonesta, creo recordar, un hotel correcto que nos sirvió para descansar del viaje ya que los días que vinieron se preveían agotadores...

Nuestro guía durante el viaje, Diaa muy bien. Un diez. Lo mismo se puede decir para club 5 estrellas, puntualidad, seriedad, programación,... todo muy bien organizado. No te agobiaban con visitas opcionales, si quieres las hacías y si no, pues no pasa nada. Nuestra opinión del touroperador no puede ser mejor.
El primer día, toque de diana y montamos en el bus rumbo a los Colosos de Menon que fue lo primero que nos llevaron a ver, si bien nosotros estuvimos “flipando” con el contraste entre España y Egipto en cualquier desplazamiento ya fuere andando, en bus, taxi o calesa lo cual constituiría durante el viaje una forma de ver, conocer y admirar su forma de vida y costumbres. Después de los Colosos toco el turno al Templo de Medinat Habu, que al ser el primero que veíamos, nos impresiono sobremanera. La forma de ver los diferentes templos seria la siguiente, el guía explicaba a la sombra, porque el calor apretaba, y luego nos dejaba tiempo por libre para hacer fotos y videos. Del templo partimos hacia el valle de los reyes, en el cual entramos en tres tumbas, que nos dejaron impresionados, dejando la cámara de vídeo en el bus ya que estaba prohibido pasarla. Nos hicimos las fotos de rigor junto la tumba de tutamkamon.



Eva en la tumba de Tutankamon - Valle de los Reyes

Ahí, nos falto tiempo, nosotros hubiéramos estado un buen rato dando vueltas por ahí, pero cuando se va en una vista programada, ya se sabe.

El tiempo que nos falto en el valle de los reyes lo gastamos en una visita a la una fabrica de alabastro para que viéramos primero como se hacía y después pasar a comprar. Desde ese punto comprobamos que nuestro guía, no daba puntada sin hilo y aun siendo un buen tipo, la pasta es la pasta, ya me entendéis.

Fuimos a conocer el barco, que seria el Egylquia, o algo así, no era ninguno de los que venia en la oferta, en parte porque el Montasser, uno de los que nos habían ofertado, se quemo la semana anterior junto con otros dos. EL guía asigno los camarotes por sorteo. Comimos rápido y el guía dijo que la distribución de las mesas se mantendría durante todo el crucero.

Así formamos un pequeño grupo, Laura y Ruben de Zaragoza, Ana y Raúl de Aguilar de Campo y Marisa y Rodrigo de Cantabria. Junto nosotros, formamos un grupo que no se separaría hasta la despedida en Barajas, hicimos buenas migas y en definitiva diré que fueron los mejores compañeros de viaje que se pueda desear para pasar unas vacaciones. Gracias a ellos disfrutamos mas intensamente de los buenos momentos y aguantamos algún contratiempo sin perder la sonrisa. Tras comer, bajamos a ver los templos de Karnak y Luxor, con sus impresionantes columnas que recordareis de la pelicula Muerte en el Nilo y que nos gustaron a cuál más. Allí tuvimos tiempo de sobra para grabar y hacer fotos.









Vuelta al barco, cena que consistió en bufete libre y se nos ofreció una excursión nocturna por 10 euros que consistía en un paseo por calesa por el mercado y tomar algo mientras fumabamos sisha en un garito al aire libre. La cogimos nuestra cuadrilla, y nos lo pasamos bien fumando, tomando unas cocas Arabes, yendo en calesa, atravesando el mercado, viendo la intensa vida nocturna de los habitantes... en fin muy bien. Increíble vida nocturna la de esta ciudad. Volvimos y tras descansar un rato en cubierta del barco nos fuimos a dormir.


vida nocturna en Luxor

El martes toco viaje por el Nilo rumbo a la esclusa, que atravesaríamos alrededor de las 4 de la tarde, por la mañana, admiramos las preciosas vistas que se veían desde el crucero, montañas áridas combinadas con las verdes orillas bañadas por el Nilo, las poblaciones asentadas en los márgenes del mismo Nilo, los saludos de los niños desde las orillas, la curiosa forma de edificar... y de pescar! sin duda, repito, una visión inolvidable.



Inolvidable fue también la destreza con la que los vendedores se pegaron a nuestra motonave para vendernos desde pañuelos a manteles y chilabas ya que el miércoles era el día de la fiesta de la chilaba por la noche.



Tras la cena salimos junto con Raúl Ana Ruben y Laura a dar una vuelta por los alderredores del barco donde regateamos un poco, compramos agua y nos volvimos a descansar . Fue un buen día para recuperar fuerzas del día anterior y prepararnos para todo lo que nos quedaba por ver.

Al día siguiente, miércoles, tras entrar unas 8 veces durante la noche al baño tanto Eva como yo estabamos muy cansados, sin duda algo en la cena nos sentó mal, así que me tome fortasec, suero y unas pastillas que le dieron a Eva en recepción. Le pedimos al guía entocid y nos aseguro que lo conseguiría durante el día.

Si vais a Egipto acordaros de ese nombre, entocid, porque si teneis la mala suerte de caer enfermos de lo que se denomina “el mal de tutankamon”, será lo único que os corte los vómitos y las diarreas, que pueden conducir a una peligrosa deshidratación.

Dude si podría bajar hacer las excursiones o no, pero nos animamos y fuimos. En Edfu, visitamos los templos de Horus y Kom Ombo, sin prisas, sin agobios, aprovechamos para hacer pequeñas compras de papiros, pulseras, collares, marcadores de paginas para libros... A Eva le puede ver a esos niños vendiendo, ciertamente da mucha pena y les compramos varias cosillas, pequeños detalles para tener de recuerdo.

Aunque la verdad, no disfrutamos el templo de Horus (ese lo vimos de mañana) porque estaba lleno de gente, hacia mucho calor y estabamos hechos polvo de tanto entrar al baño y no desayunar.

A mediodía en el barco Diaa nos dio entocid, lo tome y me vino muy bien para visitar Kom Ombo en (casi) perfecto estado. Es un templo maravilloso. Si lo hubiera sabido, habría comprado el entocid la noche que estuvimos en el mercado de Luxor ya que las farmacias cierran muy tarde. Tras ver el mercado al lado del templo y hacer alguna compra de papiros mas, fuimos al barco donde Diaa nos advirtió de que no comiéramos mucho porque tocaba para cenar bufete libre de comida egipcia y que nos podía sentar mal a todos.....salvo Eva y yo que no cenamos más que un poco de arroz, los demás se dieron un buen atracón. Y no me extraña porque los postres tenían muy buena pinta.

Tras la cena nos disfrazamos y fuimos a la fiesta de la chilaba, donde tomamos unas cervezas disfrazados, echamos unos bailables, nos hicimos unas fotos para el recuerdo y acabamos la noche en la terraza del barco.
en la fiesta de la chilaba

Al día siguiente, Eva y yo aun teníamos las tripas revueltas, bajamos a desayunar y la cara de Ruben era un poema, estaba todo revuelto, le dimos entocid y desde entonces hasta el domingo solo dios sabe cuantas pastillas se tomo: para desayunar, comer, cenar....debe ser que enganchan esas pastillas!!!!! Solo espero que no tengan efectos secundarios. Raúl tampoco estaba muy fino y se ventilo un par. Las chicas, sanas como robles.

Rodrigo estaba pálido y no se levanto de la cama, le di suero para que se lo tomara y nosotros 6 fuimos a ver el obelisco inacabado y la presa de Assuan, tras lo cual nos llevaron a comprar una fabrica de papiros donde compramos unos muy chulos y luego unos aceitosos perfumes que dejaban bastante que desear y que nadie compro.

Llegamos a la motonave y allí, nos enteramos que Rodrigo, nuestro Rodrigo, casi se va de excursión al paraíso de Ala, sufrió una deshidratación tan fuerte que entró en estado de shock con convulsiones, perdida del conocimiento...en fin que casi la espicha. Llamaron a un medico que le puso una inyección y le dio mil de pastillas. La verdad, que casi no lo cuenta. En el barco le dieron fruta y zumo de “verdad” no como el del desayuno.

Desde ese día nuestros compis cuidaron de lo que comían, por si las moscas. Así no parecíamos Eva y yo los únicos paranoicos que mirábamos con lupa todo lo que comíamos. Quizás eso fue no lo peor del viaje, porque no hubo nada malo pero si lo mas incomodo: la comida, tanto en el crucero como en el Cairo. No estabamos acostumbrados a tanta especie, o a tanto calor,....quien sabe.

El jueves tarde contratamos una vista opcional que incluía faluca, barca a motor y camello hasta un pueblo nubio. 35 euros por cabeza y para no liarnos haciéndola por libre, la cogimos nosotros junto con nuestros compis ruben Raúl Ana y Laura. En la faluca, un vendedor nos ofreció collares y pulseras a precios irrisorios. Luego un niño se acerco en una barca remando e imito ser una radio, cantando diversas canciones como si cambiara de canal. Su cara irradiaba desesperación, quizás fui solo yo quien lo percibió, no lo se, pero me amargo un rato la excursión y me vino a la mente una frase de los sex pistols que nunca fue mas acertada “cheap holidays in others people misery”. De la faluca pasamos a la barca de motor y de ahí a las orillas del Nilo donde tras un chapuzón rápido nos montaron en camello (por cierto, había vendedores en la arena esperándonos) y partimos al pueblo nubio donde fumamos sisha, probamos miel con queso, cantamos, bailamos, las chicas se hicieron un tatuaje de gena, vimos sus casas sus escuelas...como puede ser esa gente tan feliz con tan poco? . Mereció la pena.


bañandonos en el Nilo

esperando al camello

Por la noche salimos a dar un paseo por el mercado y siguiendo las recomendaciones del guía nos compramos unas bolsas de karkade a granel, ya que decía que en Aswan se vendía el de mejor calidad.

El viernes, toco madrugón y Abu simbel en bus. Llegamos sobre las 7 de la mañana y no hacia tanto calor como nos esperábamos, explicaciones del guía y tiempo de sobra para fotos a los dos templos y a las bonitas vistas que ofrece el lugar. (en el exterior, dentro ni fotos ni vídeo). Muy impresionante y es una excursión que merece la pena.

Abu Simbel

Volvimos al barco y recogimos las maletas rumbo al aeropuerto. El Cairo nos esperaba.


ultima cena en el barco

Tras mas o menos una hora de vuelo llegamos a la recepción del hotel sofitel, zona pirámides.

Desde algunas habitaciones se veían las pirámides así como desde la piscina o la terraza del hotel, lugar privilegiado para ver las pirámides mientras te fumas una sisha o tomas karkade. Un Hotel bonito. Que cumple su función: pasar la noche, ya que no paramos en él más que para dormir y darnos un chapuzón antes de partir de vuelta a España. Y es que, a Egipto no se va a disfrutar de un hotel..

En efecto, a los 5 minutos de llegar estabamos los 8 faraones buscando taxi para conocer el jan jalili. Así conocimos a Saboti. Un taxista que parecía escapado de la sala de las momias del museo del Cairo y que presumía de ser el taxista más viejo de la ciudad. Con eso, no se si pretendía difundir seguridad o sembrar el pánico. El Trafico un viernes a las 10 de la noche en el Cairo, con 8 personas a bordo de un peugeot 504 con marchas en el volante, lleno de golpes, en fin, son experiencias que hay que vivir.



Llegamos al Jalili y nada mas llegar a una plaza preguntamos por la tienda de “Jordi” para que Ana y Laura hicieran unas compras en un sitio de “confianza” nada mas oír el nombre de jordi dos granujas de medio pelo nos guiaron hacia un sitio que estaba lleno de basura, un lugar inmundo, tercermundista: la cueva de ¿¿¿??¿?“jordi” ¿¿??...o eso pensamos. Allí en un ambiente que no daba buena espina (de noche, entre callejones y sin nadie mas que nosotros) las chicas encargaron unos cartuchos con sus nombres grabados, escarabajos y cosas de encargo. Pagaron fianza . y ¿¿? Jordi ¿¿? quedo en llevarlo a hotel al día siguiente.

De allí nuestro taxista nos condujo a cenar al sea horse club a orillas del Nilo. Un gran sitio si vais con buen ambiente, música en directo, comida a precios populares, las mejores sishas del Cairo y unos mosquitos que se pegaran un banquete a vuestra costa si no lleváis relex. Y de allí casi a las 2 de la mañana tras una cena rodeados de nuestros compañeros de viaje nos fuimos a descansar.

El sábado toco ver las pirámides de giza y la esfinge. . Todo.. lo que se pueda decir o ver en fotos o documentales de las mismas se queda corto. Hay que estar allí. Entramos en kefren y nos presto mucho, es espectacular en su simpleza. Sacamos muchas fotos, grabamos videos, compramos baratijas y salimos de allí cargados de una energía que no se puede describir, sin duda es un lugar mágico.



Tras comer al lado del hotel, en el restaurante Felfela en el que los sueños de alguno de mis compañeros de ventilarse un par de huevos fritos se vio hecho realidad, nos dirigimos al hotel a planear la tarde. Esperábamos a los sicarios de jordi que nos traerían los encargos del día anterior, y les llamamos un par de veces. Se demoraron 2 horas (y el tiempo en estos viajes es oro) y sorpresa: se habían equivocado: un cartucho pequeño en vez de grande, a medio grabar, ….de calidad incierta y encima pidiéndonos que les pagasemos el taxi. Los ánimos se caldearon y se fueron antes de que las cosas pasaran a mayores. De la calidad de los cartuchos de oro que vendieron a nuestros compañeros de fatigas, que el tiempo o un joyero juzgue.

Tras buscar infructuosamente un taxi con aire acondicionado (si, claro, y con la itv pasada...) volvimos con Saboti, el taxista del día anterior.

Así Raúl Ana Ruben Laura Eva y yo nos lanzamos a conocer la ciudadela, la cual nos impacto por su belleza (ojo que cierra muy temprano, a las 5, nosotros la vimos literalmente a la carrera), el barrio copto del que nos fuimos con la intriga de conocer las diferencias entre los ortodoxos y católicos, después de admirar varias iglesias (Sta Barbara y St Jorge) alguna otra en construcción que tuvimos el honor de visitar previa invitación del encargado así como de disfrutar de alguna anécdota simpática.


De allí visitamos la mezquita de Amr, donde como en la ciudadela, a las chicas se les coloco una capa con capucha tipo harry potter para poder visitarla. Allí podéis ver como aleccionan a los niños desde muy pequeños en las sagradas escrituras o en el manejo de aviones, que se yo...



En fin, salimos y por recomendación del taxista fuimos a un monte a 7 km del centro del Cairo donde había unas vistas de toda la ciudad preciosas, y pudimos contemplar la polución de la ciudad en todo su esplendor. Bajamos y tomamos algo en un tugurio tras lo cual fuimos al pizza hut donde nos ventilamos unas pizzas y unas pepsis viendo el espectáculo de luz y sonido que a nosotros nos pareció una turistada infame. A gustos, colores, ya se sabe.

El taxista nos dejo en el hotel y tras una acalorada discusión por el precio del taxi, nos fuimos. Nos sentó bastante mal que cambiara un precio pactado de antemano, (siempre hay que pactarlo antes de subirte a un taxi en Egipto) pero lo tomamos con buen humor. Tras tomarnos unas deliciosas cervezas heladas en el bar del hotel, nos fuimos a descansar.

El domingo madrugamos y en dos taxis nos fuimos los 8 a ver el museo. No había mucha gente, y contratamos un guía que nos helo la sangre con el relato de la ablación de su mujer y cosas bastante duras de la vida en el Cairo y que no vienen en las guías.....nos enseño lo más significativo del museo y montamos en taxi rumbo al famoso café fisawi, o de los espejos en el jalili. Previamente, otro momento de tensión con los taxistas: ahora decían que el jalili estaba lejos del museo y querían mas pasta de la acordada!!! Nos pusimos de mala leche y no les dimos una libra más. Y en 10 minutos estabamos en el jalili. Fumamos unas sishas y bebimos deliciosos zumos de mango en el fisawi que estaba vacío.



Las chicas salieron a recorrer el jalili en busca de suvenirs mientras nosotros seguíamos fumando y bebiendo zumos. Cuando llegaron, con bolsas de compras (camisetas, perfumes, collares, pulseras...) nos contaron con excitación, como ahora si habían estado en la AUTENTICA tienda de Jordi, resultando esta muy acogedora y de trato muy cordial, les invitaron a bebidas, les hicieron regalos, .... en fin que el sitio donde nos habían guiado el viernes por la noche, no era la tienda de Jordi. Hasta donde llega la picaresca, a saber a quien le compraron los cartuchos de ¿oro?. Con este jordi, el autentico, quedaron contentas, que quede claro. De allí fuimos al hotel, comimos una pizza y en el baño (nada de habitación de cortesía por parte del hotel) nos cambiamos y nos dimos un chapuzón en la piscina teniendo como telón de fondo el marco incomparable de las pirámides. Subimos a la terraza y a modo de canto del cisne, apuramos un karkade y más sisha. Admiramos por ultima vez el trafico cairotico, la belleza de las pirámides, el sonido de los cláxones, nos hicimos la ultima foto juntos.....


Otro chapuzón, nos cambiamos de ropa y no nos dio tiempo siquiera a brindar con la ultima cerveza. Cuando nos dimos cuenta estabamos sobrevolando el Cairo, a las 12 de noche. Nos bajamos del avión y recogimos las maletas a paso lento tratando de retrasar lo inevitable, casi sin hablar en parte por el cansancio y en parte porque ya estaba todo dicho y no queríamos hacer mas dura la despedida con nuestros compañeros.
Así, en la terminal 1 de barajas intercambiando besos y apretones de manos con quienes fueron nuestros compañeros en esta aventura, tras una despedida urgente, las vacaciones llegaron a su fin. Todos se fueron, unos en taxi, otros en metro. Nosotros nos quedamos esperando hasta las 7 de la mañana el avión que nos conduciría de vuelta a Asturias, recordando anécdotas, buenos momentos, las vivencias de un viaje inolvidable en todos los aspectos. No pasaron 10 minutos y ya echábamos en falta compartir estos recuerdos con nuestros “faraones”, porque nuestras vacaciones, son también las suyas .
Y nunca se sabe, quizás el destino nos tenga reservada alguna sorpresa y nos volvamos a encontrar. Mientras tanto, les deseamos a todos ellos que los dioses de la fortuna y el amor les guíen en la vida. Animo, faraones. Por nuestra parte, este viaje ha dejado una huella profunda en nosotros, quizás como ningún otro lo había echo antes. Y ahora, que es tiempo de volver a la rutina de de cada día, nos consolamos pensado en las próximas vacaciones, pero siempre, siempre, con la sombra de Egipto sobrevolando en nuestra cabeza, porque a menudo nos preguntamos: ¿volveremos?, y los contentamos con una sonrisa …... Por supuesto.

1 comentario:

flusheDData dijo...

Mi mujer y yo estuvimos allí ("yo estuve aquí..." ¿recuerdas?) por nuestra luna de miel en mayo de 2001. No ha pasado un día en que no piense en Egipto. Me encantaría volver. También tuvimos a Diaa (hola familia) como guía. Ah, otra coincidencia; aunque vivo en León, soy de Oviedo. Un saludo,
Miguel